19.5.14

Hiperémesis gravídica

Palabreja rara donde las haya. En realidad como cualquier término médico. En los últimos años he aprendido varios de éstos que ya seguro que convalidan por un crédito en Ginecología. Casualmente, ninguno de los aprendidos han sido sobre cosas buenas. Pero 'c'est la vie'. De todas formas, este último término no es de los peores, pues implica que por fin hay una vida creciendo dentro de mí. Para los que creáis que os hablo en chino, os defino. La hiperémesis gravídica es una forma exagerada de las náuseas, mareos y vómitos provocados por el embarazo. Un estado que básicamente te obliga a estar en cama todo el día. 

La hiperémesis gravídica es chunga. Sobre todo porque te gustaría estar feliz por estar embarazada pero no puedes porque te sientes casi morir. Llamadme exagerada, pero cuando todo lo que comes lo echas, no te tienes en pie, te asfixias, notas que la cabeza se te cae -incluso estando tumbada-... sientes de todo menos felicidad. Y encima, te toca escuchar "Pero ¿Qué te pasa?, ¡Ah!, sí, las náuseas, ¿no?, eso es normal", "¿Pero todavía estás mal?", "¿Estás de baja?", "Fulanita aguantó todo el embarazo trabajando, hasta el último día". Comentarios, miradas y opiniones que sabes que existen y no llegas ni a escuchar. Supongo que entre todos hemos creado este tipo de sociedad. Es cierto que todos hemos conocido a alguna mujer que, aprovechando su embarazo, se ha dado de baja desde el principio y no por necesidad. Pero, en serio, hay otras que no hubiéramos querido faltar ni un sólo día. Sobre todo cuando la alternativa era estar en una cama deseando que pasen los días. 

Así que para quien no lo supiera. No todos los embarazos son tan buenos. No todas las embarazadas tienen sólo náuseas y vómitos. Nuestra amiga la hiperémesis gravídica puede provocar pérdida de peso, malnutrición y deshidratación si no se trata. Incluso hay mujeres que requieren de hospitalización. Por suerte, aunque quien la sufre no para de preguntarse sobre ello, la hiperémesis no suele afectar al bebé. No es demasiado común, ocurre en 1 de cada 200 embarazos. Principalmente en primíparas, en las que esperan más de un hijo o han tenido trastornos en embarazos anteriores. Y no, no tiene nada que ver con que seas más fuerte, débil o quejica. Yo he pasado por cosas peores y aguanto bien el dolor, pero esto es algo que de pronto te tumba y no se puede controlar. Por ello escribo este post, para una mayor concienciación e información. Deberíamos evitar juzgar sin conocimiento y comparar. No todos los embarazos son iguales, ni todos los casos, ni todas las madres... 

Imagen de www.elbebe.com

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